lunes, 30 de septiembre de 2013

Entrevistando a FRANCISCO IBAÑEZ




Pues sí, creo que se ha cerrado un círculo, y es que el sábado pasado, tuve el HONOR de poder entrevistar 30 minutos al maestro, a Don Francisco Ibañez.

Me puse en contacto con la persona responsable de cultura en Fnac, y con el editor de Ediciones B, y muy amablemente, concertamos una entrevista previa con tres miembros de la Asociación Valenciana del Cómic: Gonzalo Torres, Carlos Ciurana y yo.

Y este es el resultado...DISFRUTAD

- Al igual que “Asterix” es lo más vendido en Francia, ¿a qué se debe el éxito de “Mortadelo y Filemón” en España?

- ¡Hombre, a que lo hago yo! (risas) No, pues mira, mucha gente dice que me preocupo por el dibujo y tal, que quede bonito. Yo no me siento un gran dibujante, lo he dicho mil veces, un dibujante medianillo. En cambio me he preocupado mucho de los guiones, sobre todo de los de hace..., no de un tiempo a esta parte, hace mucho tiempo que los guiones respondieran a la realidad, lo que está ocurriendo por ahí, y el lector cuando cogiera una historieta de “Mortadelo” y viera aquello de Florida y dijera “¡Hombre yo lo vi en la tele!” o “Han hablado en la radio de esto” y es mejor que los personajes aparezcan en un plano de actualidad, que eso imagino que el lector lo agradece. Yo lo prefiero así porque la cosa aún se vende, o vamos aguantando.


- Y además, eso ha pasado desde hace 50 años aquí...

- No solo la gente, sino los temas, todos los temas que han ocurrido últimamente, los títulos de los últimos álbumes de “Mortadelo” son cuando vino aquello del máximo de velocidad, el carnet por puntos, el prohibido fumar, el esto, lo otro. Todo ello ha ido apareciendo en los álbumes de “Mortadelo”, y eso unido a romperte la cabeza y buscar gags y cosas y coñas que tengo una cierta gracia, quizás haya sido eso por lo que ha tenido éxito. Que no ha sido lo del tebeo clásico del guardia persiguiendo al caco y tal, sino que ha cambiado, sencillamente.


- De entre tantos “Mortadelos”, ¿tiene alguno con especial cariño?

- No, todos, todos, todos sin excepción, todos. Me imagino que de cara al público algunos habrán salido mejor, otras veces peor, el editor dirá “Oye, esto lo has hecho así en plan...”, pero bien, incluso muchas veces cuando estás delante del papel y está en blanco y dices “Qué hago, qué hago”, te lo juro, que las ideas a veces  no fluyen. Entonces me giro a la estantería que tengo detrás, cojo cualquier álbum de los míos, los repaso, si es del año pasado o sea de hace diez años, me hago una auto-transfusión de mis propios tebeos por así decir. El día que yo me ponga delante de la mesa y pase un día completo, y que no que no que no, al día siguiente amontono todo con una cerilla debajo y a hacer puñetas, se acabó. Pero no ha llegado todavía ese día, mire usted.


- ¿Porqué después de 54 años la gente sigue leyendo a Ibáñez? ¿Qué tiene Ibáñez que lo hace tan especial?

- Pues eso que te decía antes, sobre todo cuido mucho el asunto de los guiones. El dibujo, me gustaría cuidarlo pero no llego a más (risas). Es la pura verdad, oye, para qué vamos a engañarnos. Hay maravillas de dibujos y a veces me los miro y a mi se me cae la baba hasta los talones, veo dibujos maravillosos. Pero si no va acompañado de un guión que atraiga, la gente dice “Oye, mira, yo para ver obras de arte me voy al Prado o al National Gallery o lo que sea, lo que quiero ahora es distraerme”. Y eso es el guión.

- En su estilo predomina el humor en segundo plano, siempre detrás de los protagonistas hay un gag. ¿Eso está premeditado o al cabo de tantos años ya sale solo?

- No, ¡qué coño solo! (risas) Eso me gustaría a mí, que saliera solo, la esencia de eso es lo que cuenta. Eso es lo jodido del gag, eso es lo que lo aguanta. Como decía hay tíos maravillosos dibujando pero son incapaces de sacar... o le hacen el guión o queda ñoña, queda amorfa, queda tonta y eso no tiene salida de ninguna clase. Eso es lo principal de la historieta, más que el dibujo, es el gag, y sobre todo ahora que la gente andará flojilla de efectivo y tal, contra más género le den por su dinero, tanto mejor. Yo procuro darle mucho género, muchos gags, muchos gags. Procuro que en una historieta no haya uno aquí, ahora otro. No, uno detrás de otro, uno detrás de otro, y eso hace que la gente pues diga ”Oye, pues tiene gracia esto”.

Cola para que Ibañez firmase sus Mortadelos


- Ejemplos de gags pues siempre está el típico hombre que sale por detrás alo mejor con un plátano en la cabeza, o el típico ratón que está subiendo por la pared...

- Eso son detalles de segunda línea que yo digo, eso es algo que a la gente también le gusta. Sobre todo en espacios que lo permiten, una portada por ejemplo que es grande y permite esas cosas. A veces hay algún conocido que me dice “Oye, he visto la última portada tuya” y le pregunto por el chiste y dice “El chiste, el chiste era una mierda” (risas). En cambio, ese ratoncillo que tú dices, esa viejecita con la Kawasaki, eso tiene una gracia tremenda, eso le gusta mucho a la gente. Yo lo voy soltando, que también cuesta, también son gags y también son cosas de el guión, que no es solamente lo que van diciendo, el guión es todo lo que veis por ahí, hasta el más mínimo detalle es guión.


- Lo de los ratones lo decía por una historia que he oído de cuando usted tenía tres o cuatro años dibujó en un trozo de periódico y su padre lo guardó, y cuando falleció encontraron ese dibujo.

- Si, si, es cierto, lo guardó. No sé que edad tenía, yo era muy pequeño, era una época en que no había nada. Ahora cuando les explicas a los chicos que entonces no había nada “¿Tú sabes lo que es eso de no haber nada?”, no conciben que efectivamente no hubiera nada. No había ni papel ni había lápices, no había nada. Yo aprovechaba el periódico que compraba mi padre, hice un dibujillo en un espacio en blanco que quedaba, hice un ratoncillo, a mi padre le hizo gracia, lo recortó y se lo guardó. Si, lo tuvo toda la vida y cuando falleció recuerdo haberlo visto por la cartera y después de treinta, cuarenta o cincuenta años ahí estaba todavía, si, si si.

- ¿Cuál es su forma actual de trabajo?

- Pues mira, es aproximadamente muy parecida a la forma en que tenía de trabajar hace cincuenta años, por no decir que es lo que he hecho hasta ahora mismo. No ha cambiado nada, no ha cambiado nada. A veces me dicen “Tu ya no haces nada, lo hace el ordenador”, qué ordenador ni nada. El día que alguien me diga “Mira en tal tienda venden un ordenador que es capaz de concebir, crear y realizar una historieta”, yo estoy el primero en la cola para comprarlo, pero eso no existe, y dudo que existan en muchísimos años. Al igual que hace diez, que hace veinte, que hace cincuenta, que hace ochenta años, delante de la mesa, pensar, pensar, dar con un tema, el tema desarrollarlo y los gags, aquello que tu creas, dividirlo en viñetas y tal, transformar el guión de la historieta, exactamente ahora que hace un montón de años. Cuando me preguntan por todo esto que hay actualmente de “Oye,¿cuál es tu e-mail?”, oye, a mí no me hables en chino que yo no tengo ni puta idea de todo esto (risas). Yo aún escribo en maquinita de estas de “clac clac clac”, claro que la utilizo. En vez de ser puramente mecánica mi mujer me compró hace muchos años una que era eléctrica, pero bueno, es lo mismo, y con eso estaré hasta el final. 


- O sea que el guión lo desarrolla todo mecanografiado y luego...

- No, no, mecanografiado no. Esto es como si lo compararas con un compositor que coge el pentagrama de papel pautado y tal y va poniendo allí sus notas y luego coge la trompeta y se pone a interpretar, Es lo mismo, solo que yo en vez de coger la trompeta, cuando he terminado mi pentagrama que es el bloc con mi guión, cojo el lápiz y me pongo a hacerlo. Entonces aquel guión inicial mío yo lo paso haciendo mis correcciones, todavía lo paso al definitivo con la máquina y tal, en esencia es ahora lo mismo que hace cincuenta años.


- ¿Cómo vivió la época de “El invierno del dibujante” de Paco Roca, en Bruguera, cuando se fueron Escobar, Cifré, Peñarroya?

- En la época de oro de Bruguera, habían setecientas publicaciones de tebeos y en los kioscos todo eran tebeos y más tebeos, como “El Capitán Tormenta”, “El Capitán Relámpago”, todos los fenómenos atmosféricos tenían su capitán (risas). Aquello estaba lleno, pero iban desapareciendo. De entre todos ellos, ha subsistido “Mortadelo”, la   época de oro de tantos héroes del comic desapareció. Pero “Mortadelo” continúa funcionando, no sé que pasará hoy aquí, no tengo ni idea, pero en la última firma, me daban ganas de dar media vuelta y echar a correr cuando ves a doscientas personas con el ábum debajo del brazo (risas). Pero la época de oro en general ha terminado.


- ¿Qué se siente al haber hecho que miles de niños hayan aprendido a leer con “Mortadelo”?

- Pues es una satisfacción tremenda, si, si, si. Cuando viene alguien a esto de las firmas y te dice “Te sigo toda la vida pues a mi padre le gustaba, y el abuelo se reía contigo”. Y yo digo, y el bisabuelo también, ¿no? (risas) Pero eso gusta. Cuando vienen y preguntan “¿Cuántos premios tienes?”, yo premios no tengo ninguno, bueno, alguno si, el Medallón del Mérito Artístico que dio el Rey, pero eso no tiene importancia, ya no me acuerdo. Es igual, no importa. El premio de verdad es cuando yo voy a firmar y me encuentro que viene ese crío, que ha estado toda la semana que quería decirme algo y llega por fin, se queda así y la madre le dice “¿Pero no querías decirle algo al señor Ibáñez?”, ese es el premio de verdad. Y ese mayor, y ese abuelo que viene un año y otro. Había una señora en Madrid que venía cada Feria del Libro y decía “Paco, si no tengo un libro tuyo cada año por lo menos, ese año ha sido vacío para mí”. La mujer debía tener ciento catorce años (risas), pero hace un par de años que no la veo. Pero bueno, los premios me tienen sin cuidado. 

- ¿Sabe que lo han propuesto para el premio Príncipe de Asturias?

- Ah, bueno, no. Yo aquí estoy tan feliz cuando viene gente y tal, cuando voy a firmar a las proximidades de Barcelona estoy tan feliz, eso es lo que vale. Si hay alguna cosilla de esas a veces voy si no queda más remedio que ir, pero no me ha atraído nunca, jamás, jamás.


- ¿ Y para cuando un álbum de “Rompetechos”?

- Salió, es un personaje muy querido por mí,. Lo que pasa es que no me da tiempo de hacerlo. Ultimamente cuando salió el “Top Comic Mortadelo”, que no es más que en vez de un álbum, hay dos metidos dentro y entre medio tenía cualquier pijada o cualquier cosa y me dijo la editorial si podía meter algo mío. Hice allí también una serie de “Enseñar a dibujar”, ¡yo que no sé dibujar enseñaba a dibujar a los demás! Entonces hice allí una historia de “Rompetechos” que en vez de ser una página o dos era de seis páginas y a la gente le gustaba mucho y con eso luego se ha recopilado todo y se han hecho álbumes. Y porque no hay más tiempo porque saldrían de “Pepe Gotera y Otilio”, de “13 Rue del Percebe”. La gente a veces me pregunta “¿Oye por qué no haces esto?”, pues porque solo tengo una mano (risas), más quisiera yo. Yo hacía todas esas cosas cuando estaba en Bruguera, cuando cada semana hacía un par de páginas de “Mortadelo”, otra de “Rompetechos”, dos más de “Pepe Gotera”, otra del “Sacarino”, otra de “13 Rue”, otra página de chistes, pero ya no es lo mismo, ni los años son los mismos ni nada, hay que parar todo eso. La gente, todo eso si lo siguiera sacando aún estaría peor.


- ¿Tuvo algún problema con la censura durante el franquismo?

-  No, porque ya cambias, sabíamos lo que era, trabajaba con un ojo puesto en la página y con el otro puesto en la oficina de censura. Había tanto trabajo que era impensable que si había tanto trabajo y traían una página devuelta y hay que rehacerla, qué cojones (risas), ni soñarlo. Y aún asi y todo venía alguna devuelta y todos “¿Cómo es posible?”. Hubo una vez una página de una serie que hice, que la inició el Gran Vazquez, se llamaba “La Historia vista por Hollywood”. Aquel hizo siete, ocho o diez páginas, no me acuerdo. Era especial aquel hombre y  aquella la hizo mal, ya no quería trabajar y me dijeron de continuarla. Ya sabéis lo que es “La Historia vista por Hollywood”, lo que hacen los de Hollywood cuando sacan cualquier animalada que no tiene que ver con la realidad. Saqué una vez la “Moby Dick”, la ballena y en una de las viñetas se veía la ballena esa en una cueva submarina rodeada completamente de calamarcitos y a su lado un balleno que la miraba con mala cara y por fuera de la cueva se veía un calamar gigante. Aquello vino devuelto, tachado y la respuesta fue “¿Cómo se atreve este dibujante libidinoso a tratar el asunto del adulterio en una revista infantil?” Pero hombre, que son ballenas, respondiendo “Es igual, y que no se vuelva a repetir”. La misma censura me hizo un favor en “13 Rue”, uno de los pisos era aquel que fabricaba monstruos que es Frankenstein. Una vez vino también la censura y dije “Qué es lo que ha pasado, si es lo mismo de siempre”, contestando que ”No, no es lo mismo porque este dibujante, este autor hace que haya un individuo que crea seres vivos y seres vivos no los crea más que el Sumo Hacedor”. Pero bueno, encima me hicieron un favor, que ya estaba harto y metí a la portera o un piso nuevo que se alquilaba y saque cosas nuevas y tal. Lo que quiero decir es que la censura hace tiempo que no miro nada absolutamente, afortunadamente

FOTO: Sebas Gil

- ¿Qué opina de la Escuela Valenciana y sus autores clásicos?

- Hombre, pues como Barcelona, ya se sabe que aquí en España ha estado Barcelona, ha estado Valencia, un poco Madrid, no demasiado, y luego ya nada. En Valencia estaba el “Jaimito”, el “Pumby”, y autores como Karpa, Liceras, yo disfrutaba con ellos, disfrutaba horrores. Pero claro, cayó la Escuela Valenciana, caerá la catalana en cualquier momento y caerá, me imagino, la mundial porque es el destino. De cara al futuro el comic, por lo menos el soporte en papel, aunque es algo que nos gusta a todos, esto desaparecerá. Me imagino que vendrá luego a base de yo que sé, de tabletas, de cosas con movimiento y tal. Yo veo a mis propios nietos, cuando me ven a mi, sobre todo el mayor, me ha visto siempre lo que he estado haciendo y le gusta, pero a veces es para pegarle una torta porque después de estar todo un día, veinticuatro horas dale que dale con “Mortadelo” y cuando viene a casa me dice “Yayo, cuéntame un cuento, de Mortadelo”, y después de hacer cuatro o cinco Mortadelos es para pegarse un tiro (risas). En líneas generales los niños tienden más a meterse en la tele, con los personajes en movimiento, pero tienen un odio tremendo a los bichos negros esos que se llaman letras. Las historietas mías pues los bocadillos son cortitos, qué bien se lo pasan y tal pero no les ha hecho mucha gracia, no. En cambio con la tele no hay nada de todo esto, todo se lo dan masticado y después les dan todas esas cosas que hay ahora que yo no sé como funcionan y ellos saben mucho mejor que yo, que lo mueven y ellos se fabrican su propia historieta y les gusta horrores.

- Tras fallecer Goscinny, se siguen publicando álbums de “Asterix”, ¿piensa que sucederá lo mismo con “Mortadelo y Filemón”?

- Si, también lo leía, que me causó verdadera pena. Lo bueno de Goscinny es que hacía “Lucky Luke”, hacía “Asterix”, el hombre era prolífico a más no poder, le hacía historietas a no sé cuanta gente, escribía libros, hacía yo que sé cuantas cosas, el cerebro era él. Pero como es tan buen dibujante Uderzo, es tan magnífico y ha continuado. Cuando vi que decían que ya no lo hace Uderzo, que lo hacía un dibujante bajo su dirección, entonces dije “Se acabó”. Igual ha pasado con muchos compañeros míos, cuando trabajaba Escobar con “Zipi y Zape”, que están saliendo cosas de él todavía, refritos y cosas de esas, yo siempre decía “A ver si me va a pasar lo mismo que a Escobar, con los años que tiene y sigue trabajando, yo lo dejaré antes”. Yo que tengo más años ahora que cuando decía lo de Escobar, que lo metieron en una residencia, pero llegará el momento en que diré “Se acabó, se acabó”.


- Entonces, ¿seguirá “Mortadelo”?
- Si, a veces me lo han preguntado, como aquello de Hergé que decía que no quería que después de morir siguiera “Tintin”. Yo no, si hay alguien que pueda continuar, por mí que continúe. Además, aquí en este país hay dibujantes maravillosos que lo pueden hacer. Otra cosa es el guión, eso es más dificilillo, es muy personal., más difícil de hacerlo. Pero en el asunto del dibujo, por mí que continúen, y mis herederos que sigan cobrando (risas).


Transcripción realizada por Carlos Ciurana y Ricardo Engra

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